Albert Rivera, tras su batacazo como trabajador por cuenta ajena, retoma su esencia de vendehumos y ficha a otro más de su cuerda para enseñar a comunicar: Toni Cantó.
Por Albert Roll · 20/04/2023
Albert Rivera, como director de una empresa de formación en “habilidades de liderazgo”, y tras su fracaso como empleado en un conocido bufete de abogados, demuestra que, efectivamente, lo suyo es la política. Es decir, vender humo a raudales y el blablabla. Lo más gracioso de todo es que lo enseña a otras personas en una escuela de formación.
El ex-político siempre fue un buen orador, otra cosa fueron sus habilidades para la gestión y la estrategia, que le llevaron a esa temprana retirada política.
De todas formas, hay que fijarse atentamente en su trayectoria laboral y comprobar dónde ha terminado, lo que demuestra que un político es un trabajador de la comunicación y nada más. En realidad, da igual las ideas que defienda, es un “profesional” que solo se dedica a comunicar, porque detrás no hay nada más.
Se corrobora cuál es la verdadera esencia de un político: vendedor de humo y discursos convincentes, más allá de “hacer el bien para la ciudadanía’” que para eso están.
Albert Rivera, para terminar de constatar esta teoría, ha fichado a Toni Cantó, actor que después de dar tumbos con partidos de distinta ideología, ha recalado en su esencia más primitiva: interpretar que sabe habilidades comunicativas.
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