La razón por la que todos los políticos suspenden, o todes.
Por Albert Roll · 30/04/2023
Los dos únicos ejes del pensamiento político que se promocionan a la plebe, porque son los más rentables a priori, son “oprimidos contra opresores” y “tradición contra barbarie”. Del tercer eje llamado “coacción o no coacción” se habla muy poco o nada. De hecho, su representación política es prácticamente inexistente, y así será para siempre.
El capital económico está más interesado en polarizar, ya que es la vía más rápida para conseguir rendimiento de cualquier tipo. Esto se debe a que el ser humano es contradictorio en sí mismo y tampoco le gusta complicarse la vida en exceso: SÍ o NO, A o B, ROSA o AZUL.
Es más, el multipartidismo, que inicialmente abrió una nueva vía de esperanza ideológica, ha demostrado ser un sistema ineficiente absoluto: demoras en la configuración de gobiernos, servidumbres y toma interminable de decisiones.
O sea, tirar el dinero de nuestros impuestos.
Entonces, dado que solo hay dos bloques que tienen repercusión, cuando nos preguntan qué nota le ponemos al político de turno, sucede lo siguiente: si no es de nuestra cuerda le pondremos un 0, y si es afín jamás le pondremos un 10, porque somos exigentes con él.
Conclusión: los políticos siempre van a suspender en sus valoraciones.
De todas formas, pese a que éste es un razonamiento bastante sencillo de entender, y posiblemente equivocado, demuestra que el suspenso es justo y real, ya que los políticos están a lo que están y no a lo que tienen que estar.
NOTA: la política mejor valorada es la que no va a ganar.
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